Tratándose de Petro y las Autodefensas habrá narrativas opuestas; no se espere sometimiento ni ‘yo con yo’

El proceso de paz de Santa Fe Ralito (Córdoba), a comienzos de este siglo, no llegó a ningún puerto. Quedó al garete en alta mar, y de allí intenta en buena hora, remolcarlo Petro hasta el puerto de la Paz Total. Aquel proceso se anticipó 20 años a los humores de la política colombiana. Las Izquierdas nacionales e internacionales lo boicotearon y condenaron sin miramientos ni contemplaciones, y las viejas Derechas no le fueron en zaga, en eso de estigmatizarlo y denostar de él. Hoy la cosa es a otro precio porque emergen en Colombia y en el Continente Americano nuevas derechas, y las viejas derechas o se actualizan o fenecen. Las ‘nuevas derechas’ -y sus generaciones pobladas de bríos juveniles- lucen dispuestas a dar sin vergüenzas y cobardías, sin autocensura alguna, la batalla cultural, política y económica por ideales libertarios, principios conservadores no estatistas ni oligarcas, y patriotismo no militarista sino jugado por la democracia constitucional y los contrapes...