PRIMERO EL BIEN

La CRISPACIÓN desatada alrededor del caso SALVATORE MANCUSO GÓMEZ (SMG) conspira contra la PAZ POSIBLE y atenta de frente contra todo intento de UNIDAD NACIONAL. ¿Y si quienes tienen capacidad de decidirlo, en los distintos estamentos del ESTADO NACIONAL, proceden de tal modo que se consiga que? 1. Se conceda LIBERTAD A PRUEBA a SMG. 2. Se confirme a SMG en su condición de GESTOR DE PAZ. 3. No se acepte en derecho la incorporación de SMG a la JEP. 4. SMG prosiga su presentación incondicional CADA VEZ SE LO REQUIERA ante los estrados transicionales de JUSTICIA y PAZ, y de la JUSTICIA ORDINARIA. ¿Será que los intereses superiores de la Patria logran prevalecer esta vez sobre cualesquiera otro tipo de razones que distorsionan la naturaleza y objetivos propios de la Justicia Transicional en el contexto de la superación definitiva de las causas y acciones que han prolongado sine die el CONFLICTO ARMADO INTERNO que involucra al ESTADO NACIONAL, LAS FUERZAS GUERRILLERAS y LAS FUERZAS DE AUTO

Siendo hoy, miércoles 28 de febrero de 2024. ¿Hay futuro para la entronización de un régimen como el de Cuba en Colombia? Ninguno. ¿Hay futuro para la entronización de un régimen como el de Maduro en Colombia? Mínimo, instituciones mediante. ¿Hay futuro para la extrema izquierda en Colombia? Ninguno. ¿Hay futuro para la extrema derecha en Colombia? Ninguno. El mapa político de Colombia de cara a 2026 indica por el contrario que: El centro izquierda y la izquierda sí tienen futuro en Colombia pero deberán renunciar al lastre de pacto alguno con la extrema izquierda y los alzados en armas. El centro derecha y la derecha sí tienen futuro en Colombia pero no el populismo de derecha, ni sus derivas autoritarias o militaristas. El progresismo woke no tiene futuro en Colombia, al menos no futuro mayoritario, minoritario sí. El petrismo difícilmente ingrese a la segunda vuelta presidencial. Y si lo hace será quitándole esa posibilidad al centro-izquierda. Sería una victoria p

Si finalmente Salvatore Mancuso regresa, que sea como prenda de Paz para promover la Reconciliación y la Unidad Nacional, con su misión y corazón puestos en los más altos intereses de la Patria, la defensa de todas las Libertades y el respeto absoluto de la Constitución. Sea bienvenido todo lo que procure alivio y consuelo al sentir nacional, sin otro propósito que unir al País en torno al anhelo de Paz, de defensa de la República y punto final al conflicto armado, social y político. Las Federaciones Regionales de Autodefensas, hoy desarmadas, pero aún pendientes de ser constitucionalmente recibidas en el seno de la democracia con la vigencia plena de sus derechos civiles, económicos y políticos, seguramente tienen mucho que aportar desde los territorios a la Paz de Colombia. Aglutinadas alguna vez bajo la sombrilla de la sigla AUC, protagonizaron a comienzos de siglo un Proceso de Paz que no cumplió cabalmente con las expectativas creadas por razones propias de la naturaleza del confl

Las autocracias traspasan una tras otra las ´líneas rojas' de los límites institucionales, cínicamente se victimizan mientras cercenan una a una las reglas de la democracia y todas las éticas de la convivencia civilizada, hasta que llega el día donde no hay vuelta atrás. Un Gobierno que se dice de izquierda y asume posiciones de extrema izquierda deja de ser realmente de izquierda para convertirse a poco de andar en un Gobierno Caudillista sólo de extremas, no de izquierda. Un Gobierno de extrema izquierda siempre estará hablando sobre las bellezas de vivir en paz, pero jamás querrá pasar a la Historia como el Gobierno que desarmó -de armas, argumentos y justificaciones- a las guerrillas de extrema izquierda. La extrema izquierda -no la izquierda democrática y republicana- revela fatalmente su sometimiento a la agenda de los regímenes dictatoriales de Cuba y Venezuela, y lo hace de modo elocuente, genuflexo y total. Este Gobierno gusta posar de progresista pero la extrema izquierda

Que hubo una vez un candidato que soñaba con ser Presidente y presidir el País como Fidel lo hizo en Cuba o, al menos, como Chávez lo hizo en Venezuela. Un día su sueño se cumplió pero, fue entonces cuando su sueño se transformó en pesadilla. Descubrió que Colombia no era Cuba y tampoco era Venezuela. Descubrió que él mismo no era Fidel y tampoco era Chávez. Era sólo un Presidente que debía someterse a las Leyes y la Constitución vigente; debía gobernar y respetar la división de poderes, el Congreso, la Justicia, la Prensa, independientes. Se dijo entonces el Presidente: Llegó la hora de despertar. No más sueño, no más pesadilla. Si quiero cambiar mi País, ese cambio comienza por mí. Y fue entonces, sólo a partir de entonces, que pudo advertir que el cambio que prometía dejó de ser quimera, dejó de ser fantasía, adquirió la consistencia de lo real y lo concreto, dejó de ser palabra vana, provocación, insulto, agravio. No podemos despertar lo mejor de un País, si no despertamos primero