Al son de marchas y cacerolas de izquierda, asoman las nuevas derechas de la era post-Uribe
7 ingredientes que suman al sancocho nacional:
1. La juvenil protesta en las calles es el pacífico caldo de cultivo donde las viejas izquierdas sistémicas pretenden cocinar a fuego todavía lento, pero in crescendo, el salto cualitativo desde la presente violencia guerrillera rural -llamada a recoger- a la insurrección popular urbana de corte populista -llamada a promover-, a través de marchas sostenidas, reclamos crecientes, denunciados incumplimientos de la palabra del Estado, paros que buscan convertirse en indefinidos, vandalismos de todos los colores y orígenes. El proceso desatado pretende ser conducido -para beneficio de sus catalizadores- en la dirección de la pretendida toma del poder y la dictadura revolucionaria. Sobre esto no cabe el pecado de la ingenuidad.
2. Contra analistas y sondeos de opinión me luce que a Colombia le resulta tentador ir contra la corriente 'revolucionaria de extrema izquierda' pariendo en estos días de la 'conversación nacional' un centro emergente que va surgiendo por encima de los radares distraídos en cacerolazos, disparos y papas bomba. Allí están en primera fila los Iván Duque, Claudia López, Miguel Uribe, Federico Gutiérrez, Alejandro Char. Mientras tanto la izquierda, la vieja izquierda, va perdiendo una a una todas las ocasiones de renovarse y sigue sin asomo de sacudirse el polvo añejo del siglo XX, y el consabido lastre hasta hoy insalvable de los Castro, Chávez, FARC y ELN.
3. Mientras la nueva derecha colombiana -llamada por necesidad y urgencia a descreer y diferenciarse de las viejas derechas- se siente irresistiblemente atraída, por un centro de gravedad institucional y democrático, a incorporar matices 'reformulados' sobre lo que significa pertenecer a la familia de las derechas aquí y ahora, las viejas izquierdas se resisten a abandonar sus miopías, lugares comunes y liderazgos vetustos. Para los unos el llamado del gong 2020-2022 opera a modo de big bang donde todo el universo político recomienza a nuevo, mientras que para los segundos solo cuenta aquello de Petro Presidente, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
4. Entre las nuevas derechas y las viejas izquierdas, el 'santismo' y sus socios de centro izquierda se debaten como los jamones y quesos de los sánduches, cargando el peso agobiante y retro de sus orígenes habaneros y enmermelados al calor del fuego de las FARC y el ELN, y sus eslóganes vacuos y oportunistas de supuesta paz dizque estable y duradera, aderezados ahora con dosis de reclamos sobre supuestos incumplimientos del Gobierno Duque.
5. Las viejas derechas, mientras tanto, comienzan a vislumbrar que el liderazgo de Uribe es cada día más lánguido, más producto del ritual que de la adecuación al momento, más de referencia histórica y cultural que de presente y futuro en las trincheras. Uribe sigue pesando, pero su peso es más leve, su palabra es más sabia y prudente que la de un líder político encendido y potente. Sigue siendo Uribe, pero va entrando en la Historia y saliendo en puntas de pie del escenario y la obra presente. Aunque a la hora de las coaliciones de cara a 2022 su rol de orientador seguirá vigente, no ya para poner Presidente pero sí para hablarle al oído a más de un aspirante a serlo.
6. Urge a partir de estas marchas y cacerolas despertar con realismo a lo que somos, a lo que Colombia es, al llamado de la Patria y el Progreso que convocan. La noción de progreso es más difusa y cuestionable hoy que ayer, más incierta y ambigua de lo que solía ser. ¿Patriotismo o Progresismo?, esta es la cuestión central. ¿Son nociones que pueden integrarse, o subordinarse? ¿Son nociones compatibles? ¿En qué orden? ¿Qué Patria, cuál patriotismo? ¿Qué Progreso, cuál progresismo?
7. En el mientras tanto caótico y refundacional de tamaña confusión no nos dejemos vencer por la aflicción, ni la desesperanza. Ni Colombia, ni nosotros que somos Colombia, podemos permitirnos asentar nuestro territorio allí donde moran saqueadores, la aflicción y la desesperanza, la Colombia en llamas, la de loa salones frívolos e indiferentes, donde persiste viva y coleando, provocando nuestro error y desunión, la amenaza terrorista de revoluciones dementes y criminales.
ASÍ LA VEO YO.
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ASÍ LA VEO YO
Año 15 - Número 265
Por Juan Rubbini
Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada. Fin del comunicado (Juan Rubbini)
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Los 265 capítulos de ASÍ LA VEO YO -publicados desde junio de 2005, están disponibles en www.primeroelbien.blogspot.com
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