130. ¿Por qué no plebiscitar a Uribe y 'Cano' como 'hacedores de paz'?
30 de marzo de 2009
ASÍ LA VEO YO
130. ¿Por qué no plebiscitar a Uribe y ‘Cano’ como ‘hacedores de paz’?
En los tiempos que corren la guerra no sólo es un error, es una soberana estupidez
Por Juan Rubbini
juanrubbini@hotmail.com
http://www.lapazencolombia.blogspot.com/
“Aquí abajo abajo cerca de las raíces es donde la memoria ningún recuerdo omite y hay quienes se desmueren y hay quienes se desviven y así entre todos logran lo que era un imposible que todo el mundo sepa que el sur también existe“
(Mario Benedetti, uruguayo, poeta, El sur también existe)
No les pido a Uribe y a ‘Cano’ que los una el amor, sino que, al decir de Borges, los una el espanto. El espanto de proseguir la guerra. No les pido tanto, apenas lo humano y suficiente. Les cuento que las Autodefensas dieron el paso al frente y siguen firmes con la Paz; son muy pocos entre ellos -y con buenas razones- quienes hoy esperan ‘enmontados’ la señal de ‘avancemos hacia la Paz’ que solo Uribe y ‘Cano’ están en condiciones de dar, uniendo a derechas e izquierdas, armadas y desarmadas, muy pobres, muy ricos y clases medias también, tras El Dorado de la Reconciliación.
La crisis económica mundial está llamada a ser la gran aliada ‘impensada’ de la Paz de Colombia. Solía decir el fundador y líder del justicialismo argentino, general y tres veces elegido presidente Juan Domingo Perón, que ‘”la víscera más sensible del ser humano es el bolsillo”. También es válido aquello de que el fascista no es sino un burgués asustado que contagia sus miedos de perder privilegios de clase a la pequeña burguesía arribista, ansiosa por escalar socialmente.
Hoy por hoy, las FARC menguaron su poder de aterrorizar como supieron hacerlo en el pasado. Tampoco tienen ya el mismo éxito quienes han sido expertos en despertar el terror de multitudes hacia la revolución comunista. El derrumbe de la URSS y la caída del Muro de Berlín son ya historia aprendida y superada. Fidel es ya más parte de la Historia que del presente, y Chávez, felizmente, ‘un perro que ladra pero no muerde’, o un ‘león herbívoro’ al decir de Perón de sí mismo. Ojalá su mansedumbre con los vecinos sea ejercitada también en su País con sus opositores. Tendrá Chávez su lugar en la Paz de Colombia si no decreta la guerra en su propio País.
Mal que pese a los inmovilistas de extremas izquierdas y derechas, el mundo evoluciona y no lo hace por los extremos sino por las anchas avenidas del centro, desde el centro izquierda hacia el centro derecha, o viceversa. Ningún extremista, ni de izquierda, ni de derecha, ni de centro-centro es capaz hoy de generar entusiasmos ni pasión de multitudes.
Los EEUU no están dispuestos a exigir de sus ciudadanos más impuestos para que desde la Casa Blanca se aliente a gobiernos amigos a perpetuar sus conflictos internos con dólares del contribuyente norteamericano. Tampoco las elites locales están dispuestas a reemplazar esos faltantes de ‘dineros para la guerra’ de su propio bolsillo cuando no ven ya en las FARC el ‘coco’ de la Revolución sino un grupo debilitado ‘in extremis’ y arrinconado contra la selva y las fronteras por quince años de durísimos golpes recibidos primero de las autodefensas y paramilitares, y después por siete años de ‘seguridad democrática’.
Ni Chávez ni Correa pueden en 2009 darse el lujo político –y el descrédito humanitario- de seguir siendo asociados a las FARC por su verborragia revolucionaria y su apoyo soterrado, cada vez más virtual que cash, cada vez más retórico y menos sustancial, una vez que han ‘salido del clóset’ por las revelaciones del computador de ‘Raúl Reyes’. Los abrazos del oso entre Uribe y Chávez –post Clara y Emanuel, post Operación Jaque y muerte de ‘Marulanda’- han vuelto nada el todo que pudieron esperar las FARC como rédito y provecho de su causa por parte de un gobierno amigo en Caracas que quisiera contar con ellas como ‘liberadoras’ de medio continente, o al menos como arietes de la expansión chavista hacia el Pacífico y el Golfo de Urabá. Todo eso se derrumbó y cayó como mazazo sobre el cuerpo adolorido de estas FARC que heredó ‘Cano’ en condiciones tan lamentables.
Las causas objetivas siguen siendo poderosas –no solo en Colombia, en buena parte de América Latina, incluso en Cuba- y en esta consistencia revolucionaria uno entiende a los farianos que quieren seguir en pie de guerra, pero un líder –y ‘Cano’ lo es- no puede hacer caso omiso de las causas subjetivas, ya no sola ni principalmente las personales, sino las de aquellos que siguen dispuestos a vencer o morir –y también matar- por lo que consideran justo pero saben –hoy con más claridad y contundencia que hace diez años en el Caguán- que la muerte les respira en la nuca y la victoria ya no podrá ser por las armas ni al estilo de Fidel, Camilo y el Che en Cuba hace cincuenta años. Un buen revolucionario puede renunciar a la muerte, pero jamás renunciará a la victoria. La mesa de la paz primero, y la lucha política de inmediato han de ser la continuación de la guerra por otros medios. Esto habrá que aceptarlo por parte del Estado colombiano, la sociedad civil y los Países Amigos de la Paz de Colombia. También tendrán que aceptarlo los EEUU y la misma Corte Penal Internacional.
Las FARC no podrán pretender imponer ninguna de sus tesis revolucionarias en la Mesa de la Paz, porque su negociación no será con un Gobierno sino en lo procedimental, en lo operativo. En lo sustancial la negociación no podrá ser legitimada sino es aprobada por la sociedad colombiana, con sus representantes democráticamente elegidos, con sus instituciones y sectores afectados por el conflicto armado. Y no solo con ellos sino también y en las mismas condiciones con quienes fueron sus enemigos en la guerra, también sus socios o financiadores, algunos de ellos ya desmovilizados, otros rearmados, reciclados, absorbidos por la violencia que generan las contradicciones irresueltas de la sociedad colombiana en las ciudades y en los campos, multiplicadas todas ellas por los dineros del narcotráfico. Dinero que, dicho sea de paso, se cuenta de a billetico, a partir de consumidores individuales, a partir de dosis personales –no precisamente impersonales, ni extraterrestres- todos merecedores de desarrollar su libre personalidad –ni más faltaba- pero merecedores de una provisión, abastecimiento y asesoría, también terapia, dentro de la ley, no fuera de ella.
Por su ilegalidad resultará que los ‘narcos’ serán en un comienzo los menos afectados por la crisis económica mundial, ya que no faltarán bancos ni paraísos fiscales, tampoco estados corruptos ávidos de recibir dólares –y euros y otras monedas fuertes- que atenúen el efecto inmediato y devastador de las sucesivas oleadas de crisis. Sin embargo, a mediano plazo las instituciones financieras sometidas a las nuevas reglas que surjan en la post-crisis tendrán cada vez menores posibilidades de iniciar y reciclar el consabido circuito de lavado de dinero sin caer bajo la mirada de la Ley nacional e internacional –incluso supranacional- por lo cual está llegando la hora de sumar a cualquier alternativa seria de Paz en Colombia a esos personajes y esos dineros originados en el narcotráfico para que capitalicen la Paz así como durante décadas capitalizaron la Guerra y la Corrupción del Estado. Es bueno ir avanzando estas temáticas para que nadie se rasgue las vestiduras con hipocresía o ingenuidades imperdonables ante la necesidad urgente de construir Paz y Reconciliación, y evitar la perpetuación de la guerra, el narcotráfico y sus secuelas impregnadas en todos los ámbitos de la Nación colombiana.
Comenzamos a transitar un riesgoso camino en el contexto de un complejo panorama, donde abundan las incertidumbres y son pocas las certezas. Nada peor en las previsibles adversidades y contrariedades que pretender ‘salirse con la suya’, o pretender que el otro, el adversario, el enemigo, ‘no se salga con la suya’. Todos debemos estar preparados para perder algo como consecuencia de la negociación, así como todos debemos exigir que Colombia salga fortalecida de la Mesa de la Paz. Centenares de miles de víctimas de Gaitán a esta parte merecen verdad, justicia y reparación.
Más de cuarenta millones de colombianas y colombianos también merecemos que Colombia no tenga más víctimas ni más cultivos ilícitos, que la democracia sea la arena donde todos los adversarios tengan el sitio y la oportunidad de dirimir sus controversias y sus contradicciones sustituyendo el crimen por el respeto de la ley, las armas por los argumentos, la muerte por la vida.
No es hora de vanagloriarse por una sola muerte enemiga más, ni de insistir en ganar batallas ‘a lo Pirro’ dentro de una guerra que nadie estará nunca en condiciones de ganar.
Es hora de pensar en grande, de negarse a ejercer el arte de la mezquindad.
Es hora de tomar por asalto las colinas de la guerra, de vencer la inercia de seis décadas de crímenes de guerra, de lesa humanidad y de Estado también.
Que ya no quedan inocentes de guerra en Colombia, ni faltan almas constructoras de paz.
Demostrémosle al mundo que somos capaces de ganar la Paz, sin perder seguridad ni democracia, afianzando todas las libertades y también la justicia social.
Así la veo yo.
Los 130 artículos que componen la serie publicada –iniciada en marzo de 2005- de Así la veo yo están a disposición del lector en http://www.lapazencolombia.blogspot.com/ También los artículos que hasta la fecha integran la serie Paradero 2010 iniciada en diciembre de 2008.
ASÍ LA VEO YO
130. ¿Por qué no plebiscitar a Uribe y ‘Cano’ como ‘hacedores de paz’?
En los tiempos que corren la guerra no sólo es un error, es una soberana estupidez
Por Juan Rubbini
juanrubbini@hotmail.com
http://www.lapazencolombia.blogspot.com/

(Mario Benedetti, uruguayo, poeta, El sur también existe)
No les pido a Uribe y a ‘Cano’ que los una el amor, sino que, al decir de Borges, los una el espanto. El espanto de proseguir la guerra. No les pido tanto, apenas lo humano y suficiente. Les cuento que las Autodefensas dieron el paso al frente y siguen firmes con la Paz; son muy pocos entre ellos -y con buenas razones- quienes hoy esperan ‘enmontados’ la señal de ‘avancemos hacia la Paz’ que solo Uribe y ‘Cano’ están en condiciones de dar, uniendo a derechas e izquierdas, armadas y desarmadas, muy pobres, muy ricos y clases medias también, tras El Dorado de la Reconciliación.
La crisis económica mundial está llamada a ser la gran aliada ‘impensada’ de la Paz de Colombia. Solía decir el fundador y líder del justicialismo argentino, general y tres veces elegido presidente Juan Domingo Perón, que ‘”la víscera más sensible del ser humano es el bolsillo”. También es válido aquello de que el fascista no es sino un burgués asustado que contagia sus miedos de perder privilegios de clase a la pequeña burguesía arribista, ansiosa por escalar socialmente.
Hoy por hoy, las FARC menguaron su poder de aterrorizar como supieron hacerlo en el pasado. Tampoco tienen ya el mismo éxito quienes han sido expertos en despertar el terror de multitudes hacia la revolución comunista. El derrumbe de la URSS y la caída del Muro de Berlín son ya historia aprendida y superada. Fidel es ya más parte de la Historia que del presente, y Chávez, felizmente, ‘un perro que ladra pero no muerde’, o un ‘león herbívoro’ al decir de Perón de sí mismo. Ojalá su mansedumbre con los vecinos sea ejercitada también en su País con sus opositores. Tendrá Chávez su lugar en la Paz de Colombia si no decreta la guerra en su propio País.
Mal que pese a los inmovilistas de extremas izquierdas y derechas, el mundo evoluciona y no lo hace por los extremos sino por las anchas avenidas del centro, desde el centro izquierda hacia el centro derecha, o viceversa. Ningún extremista, ni de izquierda, ni de derecha, ni de centro-centro es capaz hoy de generar entusiasmos ni pasión de multitudes.
Los EEUU no están dispuestos a exigir de sus ciudadanos más impuestos para que desde la Casa Blanca se aliente a gobiernos amigos a perpetuar sus conflictos internos con dólares del contribuyente norteamericano. Tampoco las elites locales están dispuestas a reemplazar esos faltantes de ‘dineros para la guerra’ de su propio bolsillo cuando no ven ya en las FARC el ‘coco’ de la Revolución sino un grupo debilitado ‘in extremis’ y arrinconado contra la selva y las fronteras por quince años de durísimos golpes recibidos primero de las autodefensas y paramilitares, y después por siete años de ‘seguridad democrática’.
Ni Chávez ni Correa pueden en 2009 darse el lujo político –y el descrédito humanitario- de seguir siendo asociados a las FARC por su verborragia revolucionaria y su apoyo soterrado, cada vez más virtual que cash, cada vez más retórico y menos sustancial, una vez que han ‘salido del clóset’ por las revelaciones del computador de ‘Raúl Reyes’. Los abrazos del oso entre Uribe y Chávez –post Clara y Emanuel, post Operación Jaque y muerte de ‘Marulanda’- han vuelto nada el todo que pudieron esperar las FARC como rédito y provecho de su causa por parte de un gobierno amigo en Caracas que quisiera contar con ellas como ‘liberadoras’ de medio continente, o al menos como arietes de la expansión chavista hacia el Pacífico y el Golfo de Urabá. Todo eso se derrumbó y cayó como mazazo sobre el cuerpo adolorido de estas FARC que heredó ‘Cano’ en condiciones tan lamentables.
Las causas objetivas siguen siendo poderosas –no solo en Colombia, en buena parte de América Latina, incluso en Cuba- y en esta consistencia revolucionaria uno entiende a los farianos que quieren seguir en pie de guerra, pero un líder –y ‘Cano’ lo es- no puede hacer caso omiso de las causas subjetivas, ya no sola ni principalmente las personales, sino las de aquellos que siguen dispuestos a vencer o morir –y también matar- por lo que consideran justo pero saben –hoy con más claridad y contundencia que hace diez años en el Caguán- que la muerte les respira en la nuca y la victoria ya no podrá ser por las armas ni al estilo de Fidel, Camilo y el Che en Cuba hace cincuenta años. Un buen revolucionario puede renunciar a la muerte, pero jamás renunciará a la victoria. La mesa de la paz primero, y la lucha política de inmediato han de ser la continuación de la guerra por otros medios. Esto habrá que aceptarlo por parte del Estado colombiano, la sociedad civil y los Países Amigos de la Paz de Colombia. También tendrán que aceptarlo los EEUU y la misma Corte Penal Internacional.
Las FARC no podrán pretender imponer ninguna de sus tesis revolucionarias en la Mesa de la Paz, porque su negociación no será con un Gobierno sino en lo procedimental, en lo operativo. En lo sustancial la negociación no podrá ser legitimada sino es aprobada por la sociedad colombiana, con sus representantes democráticamente elegidos, con sus instituciones y sectores afectados por el conflicto armado. Y no solo con ellos sino también y en las mismas condiciones con quienes fueron sus enemigos en la guerra, también sus socios o financiadores, algunos de ellos ya desmovilizados, otros rearmados, reciclados, absorbidos por la violencia que generan las contradicciones irresueltas de la sociedad colombiana en las ciudades y en los campos, multiplicadas todas ellas por los dineros del narcotráfico. Dinero que, dicho sea de paso, se cuenta de a billetico, a partir de consumidores individuales, a partir de dosis personales –no precisamente impersonales, ni extraterrestres- todos merecedores de desarrollar su libre personalidad –ni más faltaba- pero merecedores de una provisión, abastecimiento y asesoría, también terapia, dentro de la ley, no fuera de ella.
Por su ilegalidad resultará que los ‘narcos’ serán en un comienzo los menos afectados por la crisis económica mundial, ya que no faltarán bancos ni paraísos fiscales, tampoco estados corruptos ávidos de recibir dólares –y euros y otras monedas fuertes- que atenúen el efecto inmediato y devastador de las sucesivas oleadas de crisis. Sin embargo, a mediano plazo las instituciones financieras sometidas a las nuevas reglas que surjan en la post-crisis tendrán cada vez menores posibilidades de iniciar y reciclar el consabido circuito de lavado de dinero sin caer bajo la mirada de la Ley nacional e internacional –incluso supranacional- por lo cual está llegando la hora de sumar a cualquier alternativa seria de Paz en Colombia a esos personajes y esos dineros originados en el narcotráfico para que capitalicen la Paz así como durante décadas capitalizaron la Guerra y la Corrupción del Estado. Es bueno ir avanzando estas temáticas para que nadie se rasgue las vestiduras con hipocresía o ingenuidades imperdonables ante la necesidad urgente de construir Paz y Reconciliación, y evitar la perpetuación de la guerra, el narcotráfico y sus secuelas impregnadas en todos los ámbitos de la Nación colombiana.
Comenzamos a transitar un riesgoso camino en el contexto de un complejo panorama, donde abundan las incertidumbres y son pocas las certezas. Nada peor en las previsibles adversidades y contrariedades que pretender ‘salirse con la suya’, o pretender que el otro, el adversario, el enemigo, ‘no se salga con la suya’. Todos debemos estar preparados para perder algo como consecuencia de la negociación, así como todos debemos exigir que Colombia salga fortalecida de la Mesa de la Paz. Centenares de miles de víctimas de Gaitán a esta parte merecen verdad, justicia y reparación.
Más de cuarenta millones de colombianas y colombianos también merecemos que Colombia no tenga más víctimas ni más cultivos ilícitos, que la democracia sea la arena donde todos los adversarios tengan el sitio y la oportunidad de dirimir sus controversias y sus contradicciones sustituyendo el crimen por el respeto de la ley, las armas por los argumentos, la muerte por la vida.
No es hora de vanagloriarse por una sola muerte enemiga más, ni de insistir en ganar batallas ‘a lo Pirro’ dentro de una guerra que nadie estará nunca en condiciones de ganar.
Es hora de pensar en grande, de negarse a ejercer el arte de la mezquindad.
Es hora de tomar por asalto las colinas de la guerra, de vencer la inercia de seis décadas de crímenes de guerra, de lesa humanidad y de Estado también.
Que ya no quedan inocentes de guerra en Colombia, ni faltan almas constructoras de paz.
Demostrémosle al mundo que somos capaces de ganar la Paz, sin perder seguridad ni democracia, afianzando todas las libertades y también la justicia social.
Así la veo yo.
Los 130 artículos que componen la serie publicada –iniciada en marzo de 2005- de Así la veo yo están a disposición del lector en http://www.lapazencolombia.blogspot.com/ También los artículos que hasta la fecha integran la serie Paradero 2010 iniciada en diciembre de 2008.
Un artículo colmado de profunda sensibilidad, para ahondar en la estupidez de la guerra, y en su soberanía donde siempre hay un poderío arrogante y una maraña que se enreda en sus "extremos" de lucha pensamiento Escuela,corriente,doctrina,disciplina.
ResponderEliminarEl autor hace una invitación a la paz, sin perder la seguridad ni la democracia con justicia social y la libertad.
Mi cuestionamiento es si estarán dispuestos estos exaltados lideres políticos, insurrectos, y demás a movilizar sus doctrinas, principios, ardores, y sus conciernas…
La desesperanza es grande, pero con escritos como estos en el alma se aviva una luz....
De alumbramiento para nacer la confianza en una institución que por años me ha dejado grandes vacíos…pedirle a nuestros gobernantes la paz (Uribe-Cano) Es irracional, pedírsela a cada uno de los colombianos y colombianas es sensato, reflexivo
Por que finalmente son ellos los que han vivido con el espanto de la guerra….
Lo felicito por su artículo de una gran calidez humana,
(Lo de Cano como gobernante es un sátira).
Si Uribe y Cano, si el Establecimiento y las Farc, si los paras y los narcos, si Chávez y Piedad no se toman en serio la cuestión de hacer la paz, acabarán unos presos, otros en la Corte penal internacional, otros extraditados a los USA y los demás repudiados por el pueblo colombiano y la conciencia universal. ¡O cambian o los cambiamos! No más la estupidez de la guerra, no más cultivos ilícitos, se acabó la joda y los jodidos ya no seremos los de a pie... NI UN SOLO VOTO MÁS PARA LA GUERRA...
ResponderEliminar“Somos un país sin memoria”, nos vendemos al mejor postor, por pan, dinero, empleo, dadivas, a cambio de votos somos tan ambivalentes, bipolares, polarizados, contradictorios,
ResponderEliminarLa dignidad no la jugamos toma uno, toma dos, toma todo, (Poder) en la mañana decimos una cosa y en la tarde según nuestras emociones todo cambia, estupidez, terquedad, puede ser….
Reclamarle la paz a los gobernantes de esta patria es un derecho y un deber pero será qué en un país donde los derechos han sido, asesinados, maltratados, violados, lacerados, ¿puedo pedir respeto a la vida, libertad, y todo lo demás? y como efecto la memorable paz. A.estos estos importantes e inamovibles personajes políticos e históricos. Sin ser hostigada, maltratada, perseguida es mi interrogante?, a lo mejor estoy equivocada y estoy pensando desde mi ignorancia es lo más seguro…..
Como en este país tenemos derechos para unas cosas, pero para otras no. Hay que preguntar…
ESPERO NO SE ME SENSURE POR HABLAR DE DERECHOS HUMANOS EN ESTE BLOG…..
Muchas Gracias…
Los COLOMBIANOS somos DERECHOS y HUMANOS, ni arrojamos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki ni instalamos gulags en la ex Unión Soviética, ni somos antisemitas ni antiárabes, ni racistas ni émulos de Pol Pot, ni tenemos cárceles como la de Guantánamo ni appartheid como en Sudáfrica antes del triunfo de Nelson Mandela...
ResponderEliminarHubo una Antioquia grande y altanera,
ResponderEliminarUn pueblo de hombres libres,
Una raza que odiaba las cadenas
Y en las noches de sílex,
Ahorcaba los luceros y las penas
De las cuerdas de un tiple,
Siquiera se murieron los abuelos,
Sin ver como se mellan los perfiles.
Hubo una Antioquia sin genuflexiones,
Sin fondos, ni declives,
Una raza con alma de bandera
Y grito de clarines,
Un pueblo que miraba a las estrellas
Buscando sus raíces,
Siquiera se murieron los abuelos,
Sin ver como afemina la molicie.
Hubo una Antioquia en que las charreteras
Brillaban menos que los paladines,
Una tierra en que el canto de la cuna
Adormecía también a los fusiles,
Una raza con sangre entre las venas
Pero sin sangre niña en los botines,
Siquiera se murieron los abuelos,
Sin ver los cascos sobre los jazmines.
Hubo una Antioquia en que las hachas
Eran blasones de la estirpe,
Una tierra de granos y de espigas,
De cantos y repiques,
Una Antioquia de azules madrugadas
Y tardes apacibles,
Siquiera se murieron los abuelos,
Sin sospechar el vergonzoso eclipse.
Hubo una Antioquia en que la cruz de Cristo
Llenaba el corazón de los humildes,
Una tierra en que el pan era sin llanto
Y el calor del hogar sin cicatrices,
Una raza de hombres que tenían
El alma buena y la conciencia simple,
Siquiera se murieron los abuelos,
Frente a la dulce paz de los trapiches.
Hubo una Antioquia donde la esperanza
Medía su estatura en las raíces,
Una raza de hombres que ignoraban
La blanda sumisión de los rediles
Un pueblo campesino de patriarcas
Con poder en la voz, no en los fusiles,
Siquiera se murieron los abuelos,
Sin ver omnipotencia en los alfiles.
Hubo una Antioquia de mineros fuertes,
De arrieros invencibles,
De músculos que alzaban el futuro
Como vara de mimbre,
Una raza enfrentada a la montaña
Con tesón de arrecife,
Siquiera se murieron los abuelos,
Sin la sensualidad de los cojines.
Hubo una Antioquia donde la alegría
Retozaba en los ojos infantiles,
Un pueblo que creía el las campanas
De las torres humildes
Y respetaba el grito de la sangre
Y la virginidad de los aljibes
Siquiera se murieron los abuelos,
Creyendo en la blancura de los cisnes.
Hubo una Antioquia de himnos verticales,
De azadas y clarines,
Un pueblo que veía en las estrellas
Dorados espolines
Y le rezaba a Dios, mientras la luna,
Templaba la nostalgia de los tiples
Siquiera se murieron los abuelos,
Con esa muerte elemental y simple.
JORGE ROBLEDO ORTIZ
"SIQUIERA SE MURIERÓN LOS ABUELOS" POESIA COLOMBIANA
"ESO ES SER UN BUEN COLOMBIANO,HIJOS DE HOMBRES GRANDES,CON ALMA PURA,Y MANOS SIN SANGRE".
ResponderEliminarHubo una Antioquia en que la cruz de Cristo
Llenaba el corazón de los humildes,
Una tierra en que el pan era sin llanto
Y el calor del hogar sin cicatrices,
Una raza de hombres que tenían
El alma buena y la conciencia simple,
Siquiera se murieron los abuelos,
Frente a la dulce paz de los trapiches.
"Siquiera se murierón los abuelos"
ResponderEliminarNuestra raza,nuestra herencia nuestros ancestros,como no admirarlos,amarlos,respetarlos, y sentir orgullo por su alma buena, y su conciencia simple, una raza trabajadora,pujantes,un pueblo campesino de patriarcas libres,¡abuelos nuestros!con poder en la voz no en los fusiles.
Que orgullosos nos Sentiriamos de ser Colombianos frente a la dulce PAZ que nos cobije a "todos" para NUNCA más decir síquiera se murieron los ABUELOS...
Soñando con el Abuelo: Fausto
ResponderEliminarLes ofrezco la letra de esta bella canción Colombiana, que en lo personal me gusta mucho,espero a ustedes también.
SOÑANDO CON EL ABUELO
Anoche estuve soñando que hablaba con mis abuelos
y les pregunté llorando: qué puedo hacer por mi pueblo?
aquí ya no existe paz, aquí ya no hay libertad
aquí ya no pasa un día sin algo que lamentar.
Aquí el hermano traiciona y se ufana al traicionar
y el hermano va y nos vende y luego viene a cobrar
aquí el mundo está al revés, nadie quiere trabajar
y las gentes que trabajan las arrasan sin piedad.
Al ladrón tratan señor y al señor como un pirata
del que hay que aplastar la flor y reventarle la mata
se volvió palabra Dios y hay sin hechos mil corbatas
y el amor es un amor en la medida en que pagan.
de la iglesia suya, abuelo ya casi no queda nada
los curas que no son santos la quieren manipulada
el verde de las haciendas se cubrió de sangre y balas
y las nanas de los niños tabletean de metrallas.
Ya no quiero ser cobarde, usted me enseñó valor
por eso para quedarme quiero hallar la solución
la sonrisa del abuelo no sé por qué, me dio paz
y esperé por un momento que empezara a aconsejar.
Me dijo: con miedo mijo, no cambia lo que suceda
para integrar la familia haga todo lo que pueda
no sea extranjero en su tierra, viva siempre como piensa
para que cargue tranquilo, livianita su conciencia.
Orgulloso de su raza practique su identidad
verá que con eso encaba la paz y la libertad
piense que si los dividen sobre ustedes reinarán
alrededor de la iglesia se encuentra la identidad.
Usted puede ser amigo de todo el que le parezca
pero hay que sacar del alma al que le siembra maleza
para que un día sin pena si a sus nietos aconseja
que lo acompañen sus himnos levantando su cabeza.
Anoche estuve soñando que hablaba con mis abuelos
y les pregunté llorando: qué puedo hacer por mi pueblo?
aquí ya no existe paz, aquí ya no hay libertad
aquí ya no queda nada que podamos controlar.
No se olvide nunca, mijo, que para ser buen hermano
no hay que dar de lo que sobra, sinó lo que está faltando...
no se amañe con colores ni banderas de apariencia
vote siempre por un hombre transparente de conciencia.
Bambuco
Autor y Compositor:
Luis Javier Piedrahíta "Fausto"
Adelante compañeros!
ResponderEliminarEn la poesía, en la canción, en la palabra escrita y hablada, en muchas otras formas de expresión, en la caricia, en el abrazo, se advierten sin duda múltiples caminos para avanzar en la construcción de ese porvenir que merecen nuestros hijos, sus hijos y los hijos de sus hijos...
Basta ya de hacernos "los de la vista gorda", "los de la oreja mocha", que como dicen por ahí en un gafiti que me topé: "Es muy difícil, constuir un país diferente con tanta gente indiferente"
EL POEMA DE WATTS...TOMADO DEL "EL ARCA DEL POETA"
ResponderEliminarEs cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
procuraría no fallar en complacerte.
Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente.
Joseph Merrick.
ESTOY MUERTO Y NO ME HABÍA DADO CUENTA,SÓLO TU VOZ
DESPERTÓ MI INDIFERENCIA,PORQUE SIENDO CANTOR Y POETA MI SENSIBILIDAD SE PERDIÓ...
Fausto, Soñando con el abuelo, en wwww.youtube.com
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vTdINvdT1r8&feature=related
FINALMENTE SON LAS MENTIRAS MEJOR CONTADAS Ó LAS MEJORES INTERPRETACIONES LAS QUE NOS HACEN SOÑAR, REIR, LLORAR,
ResponderEliminarAMAR U ODIAR, EN CUALQUIER FORMA DE EXPRESIÓN LITERARIA, VISUAL, SONORA, AUDIOVISUAL Y AÚN VIRTUAL…
ÉSTAS RECREAN UNA SITUACIÓN PARTICULAR QUE PUEDE SER, O NO, HAYA SUCEDIDO EN UN TIEMPO Y EN UN ESPACIO DETERMINADO DE LA REALIDAD FISICA.
POSDATA: “EL SILENCIO ES MÁS ELOCUENTE QUE LAS PALABRAS… ESPECIALMENTE EN CIERTOS ESCENARIOS”.
MUCHAS GRACIAS, CORDIALMENTE MARÍA.