115. Los Acuerdos de Ralito deben ser refrendados y enriquecidos
Urge pedir la extradición a Colombia de todos los ‘extraditados del conflicto’
ASÍ LA VEO YO
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La gran diferencia entre los supérstites de las Farc y las ‘bandas emergentes’, es que unos exhiben a ‘Cano’ y su aureola barbada de intelectual de izquierda, mientras los ‘emergentes’ eluden declararse actores políticos. ‘Jojoyes’ hay entre ambos y a los ‘patrulleros’ nadie podría distinguirlos, a no ser porque los guerriyos son víctimas de la disciplina comunista, mientras los ‘paracos’ son más relajados. Los primeros son educados para someterse al Estado revolucionario, mientras que los otros son ‘libre iniciativa privada’ ciento por ciento.
Si se les cae ‘Cano’ a las Farc, y entre sus contrincantes reencarna Castaño, si las ‘bandas emergentes’ sorprenden con algún comunicado ‘estilo Rodrigo doble cero’ quisiera ver a más de un columnista –y a Chávez y Piedad- rascarse los sesos y sacudirse el discurso antiimperialista preguntando cuándo se les creció el enano de las ‘bandas emergentes’, donde distinguir entre izquierda y derecha será más complejo y difícil que aprenderse el Corán en versión japonesa.
No digo que esto pudo haberse evitado del todo de haberse conducido el Proceso de Ralito con la prudencia que hace verdaderos sabios, pero es hora de razones sencillas –sentido común- y dejarle a la Vieja Europa las razones de Estado, cuando la impericia –no digo la mala fe- de Uribe en procesos de paz ha quedado en Ralito tan al desnudo como Yidis en Soho.
El 7 de agosto quedarán dos años de Uribe presidente para recuperar el tiempo perdido tras la desmovilización de los paras. Los combatientes muertos y extraditados están siendo reemplazados y el dinero del narcotráfico sigue fluyendo a raudales, no solo para financiar la guerra, sino también para aceitar la economía de las grandes ciudades, ávidas de nutrirse con los dineros de la coca para financiar sus ‘éxtasis de consumo’ a la moda.
Si Uribe se decide puede comenzar la ‘construcción de paz’ allí donde la dejó en obra negra abandonada. ‘Rebobinando’ los diálogos será sencillo caer en cuenta que Mancuso y ‘Cuarenta’, ‘Berna’ y ‘Macaco’, son piezas insustituibles para ‘refundar el Estado’, y fortalecer la democracia, en las regiones más golpeadas por la ‘anarquía subsistente y emergente’. Con ellos y los que están aquí, más los desmovilizados guerrilleros que suman miles, la posibilidad de construir asociadamente la paz está intacta, comenzando por el desmonte inmediato de los cultivos ilícitos.
Está en manos de Uribe comenzar por donde es: reclamar en extradición desde los Estados Unidos a guerrilleros y autodefensas, y ejecutar los mismos acuerdos de cooperación judicial previstos, no en sentido EEUU-Colombia, sino inversamente en sentido Colombia-EEUU.
A los actores del conflicto armado los requerimos en Colombia, trabajando por la Paz y la Democracia, presos hasta el último día de sus condenas de Justicia y Paz, pero no pudriéndose en cárceles extranjeras sino sembrando semillas de convivencia y reconciliación entre nosotros.
Si el Estado no puede garantizar esto y el INPEC se lava las manos, ¿de cuál seguridad democrática estamos hablando?
Así la veo yo.
Los 115 artículos que componen la serie completa –iniciada en marzo de 2005- de Así la veo yo están a disposición del lector en www.lapazencolombia.blogspot.com
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