112. Chávez giró al centro mientras Uribe insiste por tierra derecha
América latina entre la ‘lucha de clases’ y la ‘armonía social’
ASÍ LA VEO YO

Las razones ideológicas poco cuentan en la era de las encuestas, todo se sacrifica en el altar del mercadeo, y nada produce tanto rédito ante las masas como hacer de la cima del poder un ring de boxeo. Esto vuelve inseparables a Chávez y Uribe, tan indispensables el uno para el otro, como el Gordo y el Flaco, como River y Boca, tan siameses a pesar de sus diferencias. Pero en la naturaleza todo tiene su límite y tarde o temprano los equilibrios se restablecen y la moda queda anticuada, y lo que subió imparable baja en picada indetenible.
Chávez ha percibido que su era de los milagros ha comenzado a declinar, mientras Uribe luce convencido que posee la fuente de la eterna favorabilidad. Como las derrotas enseñan más que los triunfos hoy resulta que Chávez –después de la derrota de noviembre y la muerte de ‘Reyes’ y ‘Tirofijo’- ha comenzado a recular ante el espanto que produce en su instinto la erosión de su poder.
Chávez ha percibido que su era de los milagros ha comenzado a declinar, mientras Uribe luce convencido que posee la fuente de la eterna favorabilidad. Como las derrotas enseñan más que los triunfos hoy resulta que Chávez –después de la derrota de noviembre y la muerte de ‘Reyes’ y ‘Tirofijo’- ha comenzado a recular ante el espanto que produce en su instinto la erosión de su poder.
Uribe, en cambio, avanza hacia la derrota con la inconsciencia de quien se cree invencible y la ceguera de aquellos a quienes Dios –por alguna razón insondable- quiere perder. Se sabe que perder es ganar un poco, lo cual sirve de humano consuelo, pero Uribe es Uribe y Maturana es Maturana. Por eso Uribe le teme a la derrota cuando debiera, en cambio, preocuparse más por lo ‘pírrico’ de sus recientes victorias.
La diferencia entre Chávez y Uribe, es que el primero aprendió que sus respuestas de ayer ya no sirven a los fines de hoy, mientras que Uribe parece no haberse dado cuenta que, de nada le sirven ya, las respuestas de 2002 y 2006, para las preguntas que Colombia y el mundo –incluidos los EU- le están comenzando a hacer de cara a 2010. El recurso abusivo –y falto de educación- de contestar la inquietud periodística con evasivas puede servir como táctica, pero elevado al nivel de hábito y estrategia deriva fatalmente en transmutar la astucia en necedad, la simpatía en antipatía, a un calado y velocidad mayores que el registro superficial de las encuestas, y allí está el gran riesgo a mediano plazo, para quien se enamora de sus vicios.
La seguridad democrática no será el gran tema de 2010. Y no lo será porque no habrá candidato ni partido con posibilidades de ganar que no lo tenga en su programa. No habrá tampoco quien cuestione la confianza inversionista ni la equidad social. No se votará en 2010 ni en favor ni en contra de las Farc, ni de las autodefensas, unas derrotadas, otras disueltas. La gran novedad que significó Uribe en 2002, y el voto de aplauso que lo refrendó en 2006, lucirá anacrónico, carecerá de realismo político en 2010. Y por ningún lado se ve que a Uribe le queden conejos en la galera, ni propuestas que vayan más allá del ‘más de lo mismo’.
No se conocen todavía las encuestas a futuro, ni el valor actual de la intención de votos a dos años vista, pero existe un vacío notorio en la sociedad y en la política colombiana que es el ‘vacío de armonía social’, vacío que no nació con la seguridad democrática, pero que el abuso propagandístico, aplicado por este gobierno a la seguridad democrática, profundizó con su gusto por la confrontación y polarización.
Los candidatos y coaliciones que logren imponer en sus campañas la meta de la ‘armonía social’ por encima de cualquier otra cuestión estarán en mejores condiciones de atraer voluntades y entusiasmo que quienes insistan en ‘aniquilar a los violentos’ o ‘acabar con Uribe’. Esto vale para Lucho e Íngrid, también para Germán y Juan Manuel ¿los ‘cuatro semifinalistas’?
Bien haría, -y se haría- Uribe en ponerse a un lado del partidor de 2010, y trabajar con otras miras –igualmente altruistas y patrióticas- que le eviten ser incluido en los libros de historia entre los ‘avaros del poder’, entre los infectados por la ‘adicción al poder’.
De 3 excesos hay que cuidarse en esta vida, decían los filósofos del viejo café: “del ego, del dinero y del poder”.
¿Podrá librarse Uribe de tamañas tentaciones?
That is the question Álvaro, with Obama, or with McCain.
Así la veo yo.
Los 112 artículos que componen la serie completa –iniciada en marzo de 2005- de Así la veo yo están a disposición del lector en http://www.lapazencolombia.blogspot.com//t_blank
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